El agua dulce es agua que contiene cantidades mínimas de sales disueltas, especialmente cloruro sódico. El ser humano, con un proceso, la puede purificar y beberla lo que se llama proceso de potabilización y el agua obtenida se denomina agua potable. El agua dulce que todos los seres humanos necesitan para crecer y desarrollarse representa sólo el 3 % del agua de todo el planeta. Además se encuentra desigualmente distribuida, concentrándose más del 90 % de la misma en los casquetes polares, glaciares y masas de hielo.
Actualmente hay una gran escasez de agua en el planeta que se agravará en un futuro muy cercano.
Esta problema que se nos presenta en la actualidad es un tema que cada día ocupa más la atención de científicos, técnicos, políticos y en general, de muchos de los habitantes del planeta, ya que para la ecología el agua tiene un doble valor, por una parte es un elemento del ecosistema y es consecuentemente un activo social, por otra es generador de ecosistemas.
Con ser cuestiones muy importantes a considerar, cuando se trata de llevar a cabo aprovechamientos de agua, la conservación de las especies y de los ecosistemas afectados, no podemos olvidar la función que realiza el agua cuando fluye, de modo variable, desde las cabeceras de los ríos hasta el mar, puesto que moviliza y distribuye elementos químicos tan importantes para la vida como el fósforo o el anhídrido carbónico.
La función ecológica del agua en sus dos vertientes fundamentales:
a)mantenimiento de los ecosistemas que le son propios.
b)vehículo de transporte de nutrientes, sedimentos y vida, es un bien común cuyo respeto debe conciliarse con el desarrollo sostenible de las actividades humanas sobre la tierra.
La escasez de este vital liquido obliga a reiterar nuevamente una llamada a la moderación de consumo por parte de la población a nivel mundial, ya que sin su colaboración los esfuerzos técnicos que llevan a cabo algunas organizaciones resultarían insuficientes. Además el agua tal como se encuentra en la naturaleza, para ser utilizada sin riesgo para el consumo humano requiere ser tratada, para eliminar las partículas y organismos que pueden ser dañinos para la salud. Y finalmente debe ser distribuida a través de tuberías hasta tu casa, para que puedas consumirla sin ningún problema ni riesgo alguno.
Las fuentes, los manantiales, las cuencas o cañadas están en acelerada vía de extinción, hay cambios de clima y de suelo, inundaciones, sequías y desertización. Pero es la acción humana la más drástica: ejerce una deforestación delirante, ignora los conocimientos tradicionales sobre todo de las comunidades indígenas locales, retira el agua de los ríos de diferentes maneras, entre otras con obras de ingeniería, represas y desvíos.
Por suerte, Argentina tiene grandes reservas de agua dulce, un gran ejemplo es el acuífero guaraní, el cual es una cuenca subterránea que abarca Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes, Chaco, Misiones y Formosa y zonas de Brasil, Uruguay y Paraguay. Dicha reserva cubre 1.190.000 kilómetros cuadrados, de los cuales 225 mil corresponden a territorio argentino.
Debido a la actividad del hombre, venta de territorios en la patagonia y norte de nuestro país y la falta de responsabilidad, las numerosas reservas de agua dulce que posee Argentina se convertirán en un problema en un futuro no muy lejano.
Según la Constitución Nacional, todos los ciudadanos argentinos tienen el derecho de poder hacer uso en el presente y en un futuro de todas estas reservas que nuestro territorio contiene. Sin embargo, el gobierno, que tiene la obligación de hacer cumplir este derecho, esta cumpliendo con muchas irresponsabilidades, vendiendo partes de estas reservas a capitales extranjeros que en un futuro usaran ese recurso no para el beneficio de los argentinos sino para su propio beneficio. Esto se ve reflejado en el artículo 41 de CN.
Art. 41: "Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras; tienen el deber de preservarlo. El daño ambiental generará prioritariamente la obligación de recomponer según establezca la ley. Las autoridades proveerán a la protección de este derecho, a la utilización racional de los recursos naturales, a la preservación del patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica, y a la información y educación ambientales.
Corresponde a la Nación dictar las normas que contengan los presupuestos mínimos de protección, y las Provincias, las necesarias para complementarlas, sin que aquellas alteren las jurisdicciones locales. Se prohíbe el ingreso al territorio Nacional de residuos actual o potencialmente peligrosos y de los radioactivos."
Para la política, la soberanía es el ejercicio de la autoridad que reside en un pueblo y que se ejerce por medio de sus órganos constitucionales representativos. El diccionario de la Real Academia Española (RAE) también define al concepto de soberanía como la autoridad suprema del poder público y como la alteza o excelencia no superada en cualquier orden inmaterial.
El soberano es el pueblo. Sin embargo, cada ciudadano es soberano y súbdito al mismo tiempo, ya que contribuye a la creación de la autoridad (por lo tanto forma parte de ella) pero a su vez se encuentra sometido a esta misma autoridad y está obligado a obedecerla.
Si bien Argentina cuenta con reservas de aguas dulce como para abastecer a toda la población a lo largo de varios años, el derecho del pueblo no es reconocido, ya que los políticos toman a estas como recursos económicos, cuando en verdad son un recurso social muy importante para todo el país.
Entonces la soberanía de nuestras aguas en el territorio argentino no se está cumpliendo, lo que es una falta de respeto para todo el pueblo, ya que se le está condenando su futuro, poniendo en manos de capitales extranjeros lo que tendría que ser algo bien propio del pueblo.
Todas estas irresponsabilidades no están fomentando el bien común, ya que el gobierno no es justo con todas las clases sociales y el Estado que tendría que ser la razón de ser del bien común, hace oídos sordos al pueblo y va en busca del beneficio de unos pocos.
lunes, 9 de agosto de 2010
Uso de microorganismos en el agua
Otro uso importante de los microorganismos en cuanto al cuidado del agua son los biosensores, a continuación definiremos que son estos y hablaremos de una bacteria en especial, en un caso puntual, para poder mostrar un ejemplo concreto. El ensayo que presentaremos fue presentado por el grupo de investigación Cianobacterias-UAM y fue publicado un artículo en la revista “Archives of Evironmental contamination and Toxicology”
Biosensor: Un biosensor es una herramienta o sistema analítico compuesto por un material biológico inmovilizado (tal como una enzima, anticuerpo, célula entera, orgánulo o combinaciones de los mismos), en íntimo contacto con un sistema transductor adecuado que convierta la señal bioquímica en una señal eléctrica cuantificable.
1- En este trabajo se describe una aplicación de una cianobacteria recombinante autoluminiscente derivada de la cianobacteria Anabaena sp. PCC 7120, llamada Anabaena CPB4337 como biosensor de toxicidad general en ambientes acuáticos. La cianobacteria en cuestión es capaz de detectar de forma general cualquier tipo de elemento ambiental perjudicial que le suponga un detrimento en su actividad metabólica, dicho detrimento se traduce en una disminución de la emisión de luz de la cianobacteria, lo que se utiliza como indicador de toxicidad ambiental. Dicha propiedad luminiscente se emplea ya de forma rutinaria para la medida rápida de toxicidad de muestras ambientales de toda índole (aguas fluviales, efluentes de depuradoras, aguas marinas, subterráneas, suelos, etc.) mediante ensayos de toxicidad comerciales basados en la bacteria marina naturalmente luminiscente Vibrio fischeri. Dado su origen marino, su uso en muestras continentales ha sido muy cuestionado por distintos autores dado la alteración que supone tratar las muestras con sal para poder desarrollar el ensayo.
En el artículo se explora el posible uso de la cianobacteria Anabaena CPB4337 como biosensor de toxicidad para muestras ambientales continentales. Se estudia la influencia que pueden tener distintos factores ambientales que se encuentran común ente en la naturaleza sobre la toxicidad de los metales pesados Hg, Cu, Zn y Cd para la cianobacteria. En el trabajo se evalúa la influencia de los cambios en el pH, la presencia de agentes orgánicos quelantes (simulados por el EDTA), los fosfatos, los carbonatos y la salinidad sobre la toxicidad detectada por la cianobacteria, y se emplea un programa de especiación química, llamado MINTEQA2 para intentar comprender y relacionar los cambios en la señal de luminiscencia de la cianobacteria con las modificaciones en la especiación química de los metales pesados en presencia de los factores ambientales mencionados.
En el trabajo pudo comprobarse que en general la toxicidad de los metales pesados correlaciona con la predicción de ión libre presente en cada tratamiento, sin embargo, los complejos Zn-EDTA y formas complejas de mercurio parecían ser también tóxicas para la cianobacteria. Un resultado interesante fue que pequeñas cantidades de fosfato y carbonato incrementaban significativamente la toxicidad de todos los metales pesados ensayados y que dichos incrementos de toxicidad no podían explicarse por cambios en la especiación química de los metales. Además se realizó un ensayo de toxicidad con la cianobacteria en altas concentraciones de sal (2%, igual que la concentración empleada en los ensayos basados en Vibrio fischeri), comprobando cambios significativos de la toxicidad de los cuatro metales con respecto a la toxicidad mostrada por los mismos en agua destilada, dichos cambios eran atribuibles a cambios en la especiación química de los metales debido a la matriz salina añadida.
Los resultados obtenidos parecen indicar que efectivamente se requieren biosensores de toxicidad más relevantes ecológicamente para conseguir una información toxicológica y de biodisponibilidad de contaminantes más real que permitan mejorar o complementar la información obtenida de ensayos de toxicidad clásicos o biosensores que se usan de forma generalizada.
Biosensor: Un biosensor es una herramienta o sistema analítico compuesto por un material biológico inmovilizado (tal como una enzima, anticuerpo, célula entera, orgánulo o combinaciones de los mismos), en íntimo contacto con un sistema transductor adecuado que convierta la señal bioquímica en una señal eléctrica cuantificable.
1- En este trabajo se describe una aplicación de una cianobacteria recombinante autoluminiscente derivada de la cianobacteria Anabaena sp. PCC 7120, llamada Anabaena CPB4337 como biosensor de toxicidad general en ambientes acuáticos. La cianobacteria en cuestión es capaz de detectar de forma general cualquier tipo de elemento ambiental perjudicial que le suponga un detrimento en su actividad metabólica, dicho detrimento se traduce en una disminución de la emisión de luz de la cianobacteria, lo que se utiliza como indicador de toxicidad ambiental. Dicha propiedad luminiscente se emplea ya de forma rutinaria para la medida rápida de toxicidad de muestras ambientales de toda índole (aguas fluviales, efluentes de depuradoras, aguas marinas, subterráneas, suelos, etc.) mediante ensayos de toxicidad comerciales basados en la bacteria marina naturalmente luminiscente Vibrio fischeri. Dado su origen marino, su uso en muestras continentales ha sido muy cuestionado por distintos autores dado la alteración que supone tratar las muestras con sal para poder desarrollar el ensayo.
En el artículo se explora el posible uso de la cianobacteria Anabaena CPB4337 como biosensor de toxicidad para muestras ambientales continentales. Se estudia la influencia que pueden tener distintos factores ambientales que se encuentran común ente en la naturaleza sobre la toxicidad de los metales pesados Hg, Cu, Zn y Cd para la cianobacteria. En el trabajo se evalúa la influencia de los cambios en el pH, la presencia de agentes orgánicos quelantes (simulados por el EDTA), los fosfatos, los carbonatos y la salinidad sobre la toxicidad detectada por la cianobacteria, y se emplea un programa de especiación química, llamado MINTEQA2 para intentar comprender y relacionar los cambios en la señal de luminiscencia de la cianobacteria con las modificaciones en la especiación química de los metales pesados en presencia de los factores ambientales mencionados.
En el trabajo pudo comprobarse que en general la toxicidad de los metales pesados correlaciona con la predicción de ión libre presente en cada tratamiento, sin embargo, los complejos Zn-EDTA y formas complejas de mercurio parecían ser también tóxicas para la cianobacteria. Un resultado interesante fue que pequeñas cantidades de fosfato y carbonato incrementaban significativamente la toxicidad de todos los metales pesados ensayados y que dichos incrementos de toxicidad no podían explicarse por cambios en la especiación química de los metales. Además se realizó un ensayo de toxicidad con la cianobacteria en altas concentraciones de sal (2%, igual que la concentración empleada en los ensayos basados en Vibrio fischeri), comprobando cambios significativos de la toxicidad de los cuatro metales con respecto a la toxicidad mostrada por los mismos en agua destilada, dichos cambios eran atribuibles a cambios en la especiación química de los metales debido a la matriz salina añadida.
Los resultados obtenidos parecen indicar que efectivamente se requieren biosensores de toxicidad más relevantes ecológicamente para conseguir una información toxicológica y de biodisponibilidad de contaminantes más real que permitan mejorar o complementar la información obtenida de ensayos de toxicidad clásicos o biosensores que se usan de forma generalizada.
Microorganismos en el agua
Para poder describir los microorganismos acuáticos, antes se debe determinar que es un ecosistema.
Un ecosistema es una unidad organizada en el espacio y el tiempo, formada por componentes bióticos y abióticos interrelacionados. La energía fluye y la materia circula a través de estos componentes. Toda la tierra puede ser concebida como un ecosistema único, la ecosfera. En algunos casos, los límites de los ecosistemas están naturalmente asociados a cambios bruscos en la fisonomía de la vegetación o del paisaje; en otros casos, los límites que se establecen para su estudio son relativamente arbitrarios.
Los ecosistemas se puede estudiar desde dos enfoques complementarios. Uno de ellos se centra en las relaciones interpoblacionales y en los cambios cuantitativos que afecta a los individuos, a las poblaciones y a las comunidades que los integran. El otro enfoque presume que estas interacciones existen y que tienen dos consecuencias: a) la energía fluye en una sola dirección: de los organismos autótrofos hacía los heterótrofos; y b) los materiales se mueven desde el medio abiótico, pasan a través de los cuerpos de los organismos vivos y regresan al medio abiótico.
Con esto podemos concluir que los microorganismos son esenciales, ya que por ejemplo las algas son autótrofas y son las bases de los niveles tróficos, que son importante para la vida.
En el agua habitan muchos microorganismos. Algunos de ellos pueden ser utilizados para depurar las aguas contaminadas, otros pueden ser patógenos. Normalmente estos microorganismos empeoran la calidad del agua e impiden que ésta sea potable. La gran cantidad de bacterias existentes en el agua habitualmente, hace necesaria la potabilización de ésta mediante distintas técnicas para que cuando llegue a nuestros grifos lo haga en un estado completamente puro.
Los microorganismos patógenos en el agua tienen unas características que los diferencian de los contaminantes químicos, por ejemplo, son organismos vivos que no se disuelven en el agua sino que coagulan o se anexan a substancias coloidales o sólidos en suspensión que están presentes en el agua y en todo el ambiente .
Los microorganismos patógenos en el agua se pueden dividir en tres categorías:
• bacteria
• virus
• protozoos
Las bacterias y virus se pueden encontrar tanto en las aguas subterráneas como en las aguas superficiales, mientras los protozoos son comunes de las aguas superficiales.
Bacteria
La bacteria es un organismo de una sola célula. Su forma puede ser esférica, espiral, etc. Pueden existir como organismos individuales, formando cadenas, grupos o pares, tríos... Las bacterias son una de las formas de vida más abundantes en la tierra. Tienen una longitud entre 0,4 y 14 μm y sobre 0,2 a 12 μm de ancho.
Consecuentemente sólo se pueden ver mediante microscopio. Las bacterias se reproducen mediante la multiplicación del ADN, y división en dos células independientes. En circunstancias normales este proceso dura entre 30 y 60 minutos.
Algunas bacterias pueden formar esporas. Estas esporas se caracterizan por presentar una capa protectora resistente al calor y que protege la bacteria de la falta de humedad y comida.
Las bacterias tienen un papel funcional ecológico específico. Por ejemplo, algunas realizan la degradación de la materia orgánica, otras integran su metabolismo con el de los seres humanos.
Si bien algunas bacterias son patógenas (causantes de diversas enfermedades), una gran parte de ellas son inocuas o incluso buenas para la salud.
Virus
Los virus son sistemas biológicos ultramicroscópicos (sólo se pueden observar con microscopio electrónico) que pueden causar infecciones y que sólo se reproducen en células huésped. Los virus fuera de células huésped están en forma inactiva. Los virus se caracterizan por presentar una capa protectora. Su forma puede ser espiral, esférica o como células pequeñas, de tamaño entre 0.02 y 0.009. Al tener un tamaño menor que las bacterias, pueden pasar filtros que permiten la retención de bacterias.
Al contrario que las bacterias y protozoarios parásitos, los virus contienen un solo tipo de ácido nucleico (ARN o ADN). No se pueden reproducir por si solas, sino que necesitan el metabolismo de la célula huésped para asegurar que el ADN se copia en la célula huésped, para su reproducción.
Al contrario que las bacterias, los virus no están presentes en el ser humano de manera natural. Cuando las personas quedan afectadas por un virus, estos generalmente se eliminan del cuerpo humano mediante secreciones.
No existen virus beneficiosos para la salud; todos son patógenos y no pueden eliminarse con antibióticos. Las infecciones virales sólo redimen erradicando los síntomas.
Protozoos parásitos
Los protozoos parásitos son organismos unicelulares. Estos se caracterizan por presentar un metabolismo complejo. Se alimentan a base de nutrientes sólidos, algas y bacterias presentes en organismos multicelulares, como los humanos y animales. Se encuentran frecuentemente en forma de quistes o huevos. Por ejemplo, los huevos de Cryptosporidium y quistes de Giardia son comunes en aguas afectadas por contaminación fecal. En forma de quistes los patógenos son resistentes a la desinfección por cloro. Los parásitos protozoos se eliminan mediante la filtración y aplicación de hipoclorito de sodio.
Un ecosistema es una unidad organizada en el espacio y el tiempo, formada por componentes bióticos y abióticos interrelacionados. La energía fluye y la materia circula a través de estos componentes. Toda la tierra puede ser concebida como un ecosistema único, la ecosfera. En algunos casos, los límites de los ecosistemas están naturalmente asociados a cambios bruscos en la fisonomía de la vegetación o del paisaje; en otros casos, los límites que se establecen para su estudio son relativamente arbitrarios.
Los ecosistemas se puede estudiar desde dos enfoques complementarios. Uno de ellos se centra en las relaciones interpoblacionales y en los cambios cuantitativos que afecta a los individuos, a las poblaciones y a las comunidades que los integran. El otro enfoque presume que estas interacciones existen y que tienen dos consecuencias: a) la energía fluye en una sola dirección: de los organismos autótrofos hacía los heterótrofos; y b) los materiales se mueven desde el medio abiótico, pasan a través de los cuerpos de los organismos vivos y regresan al medio abiótico.
Con esto podemos concluir que los microorganismos son esenciales, ya que por ejemplo las algas son autótrofas y son las bases de los niveles tróficos, que son importante para la vida.
En el agua habitan muchos microorganismos. Algunos de ellos pueden ser utilizados para depurar las aguas contaminadas, otros pueden ser patógenos. Normalmente estos microorganismos empeoran la calidad del agua e impiden que ésta sea potable. La gran cantidad de bacterias existentes en el agua habitualmente, hace necesaria la potabilización de ésta mediante distintas técnicas para que cuando llegue a nuestros grifos lo haga en un estado completamente puro.
Los microorganismos patógenos en el agua tienen unas características que los diferencian de los contaminantes químicos, por ejemplo, son organismos vivos que no se disuelven en el agua sino que coagulan o se anexan a substancias coloidales o sólidos en suspensión que están presentes en el agua y en todo el ambiente .
Los microorganismos patógenos en el agua se pueden dividir en tres categorías:
• bacteria
• virus
• protozoos
Las bacterias y virus se pueden encontrar tanto en las aguas subterráneas como en las aguas superficiales, mientras los protozoos son comunes de las aguas superficiales.
Bacteria
La bacteria es un organismo de una sola célula. Su forma puede ser esférica, espiral, etc. Pueden existir como organismos individuales, formando cadenas, grupos o pares, tríos... Las bacterias son una de las formas de vida más abundantes en la tierra. Tienen una longitud entre 0,4 y 14 μm y sobre 0,2 a 12 μm de ancho.
Consecuentemente sólo se pueden ver mediante microscopio. Las bacterias se reproducen mediante la multiplicación del ADN, y división en dos células independientes. En circunstancias normales este proceso dura entre 30 y 60 minutos.
Algunas bacterias pueden formar esporas. Estas esporas se caracterizan por presentar una capa protectora resistente al calor y que protege la bacteria de la falta de humedad y comida.
Las bacterias tienen un papel funcional ecológico específico. Por ejemplo, algunas realizan la degradación de la materia orgánica, otras integran su metabolismo con el de los seres humanos.
Si bien algunas bacterias son patógenas (causantes de diversas enfermedades), una gran parte de ellas son inocuas o incluso buenas para la salud.
Virus
Los virus son sistemas biológicos ultramicroscópicos (sólo se pueden observar con microscopio electrónico) que pueden causar infecciones y que sólo se reproducen en células huésped. Los virus fuera de células huésped están en forma inactiva. Los virus se caracterizan por presentar una capa protectora. Su forma puede ser espiral, esférica o como células pequeñas, de tamaño entre 0.02 y 0.009. Al tener un tamaño menor que las bacterias, pueden pasar filtros que permiten la retención de bacterias.
Al contrario que las bacterias y protozoarios parásitos, los virus contienen un solo tipo de ácido nucleico (ARN o ADN). No se pueden reproducir por si solas, sino que necesitan el metabolismo de la célula huésped para asegurar que el ADN se copia en la célula huésped, para su reproducción.
Al contrario que las bacterias, los virus no están presentes en el ser humano de manera natural. Cuando las personas quedan afectadas por un virus, estos generalmente se eliminan del cuerpo humano mediante secreciones.
No existen virus beneficiosos para la salud; todos son patógenos y no pueden eliminarse con antibióticos. Las infecciones virales sólo redimen erradicando los síntomas.
Protozoos parásitos
Los protozoos parásitos son organismos unicelulares. Estos se caracterizan por presentar un metabolismo complejo. Se alimentan a base de nutrientes sólidos, algas y bacterias presentes en organismos multicelulares, como los humanos y animales. Se encuentran frecuentemente en forma de quistes o huevos. Por ejemplo, los huevos de Cryptosporidium y quistes de Giardia son comunes en aguas afectadas por contaminación fecal. En forma de quistes los patógenos son resistentes a la desinfección por cloro. Los parásitos protozoos se eliminan mediante la filtración y aplicación de hipoclorito de sodio.
lunes, 2 de agosto de 2010
Contaminación del agua
La contaminación del agua es cualquier cambio químico, físico o biológico en la calidad del agua que tiene un efecto dañino en cualquier ser vivo que consuma esa agua. Cuando los seres humanos beben agua contaminada tienen a menudo problemas de salud. La contaminación del agua puede también hacerla inadecuada para el uso un deseado.
La contaminación del agua causada por las actividades humanas es un fenómeno ambiental de importancia, el cual se comienza a producir desde los primeros intentos de industrialización, para transformarse luego en un problema tan habitual como generalizado.
En el caso del inicio de la denominada como revolución industrial, a comienzos del siglo XIX, los procesos de producción de esta época requerían de la utilización de una gran cantidad de agua para la transformación de las materias primas, a la vez que los efluentes de dichos procesos productivos eran vertidos luego en los cauces naturales de agua, con sus desechos contaminantes correspondientes.
Generalmente, la contaminación del agua se produce a través de la introducción directa o indirecta en los acuíferos o cauces de diversas sustancias que pueden ser consideradas como contaminantes.
La problemática de la contaminación del agua se debe a una serie de factores como botaderos a cielo abierto, industrias y construcción de infraestructuras, como pozos de inyección para agua potable, letrinas, fosas sépticas, sistemas de aguas negras y lluvias y vertederos de desechos sólidos.
Existen dos formas principales de contaminación del agua, una de ellas tiene que ver con la contaminación natural del agua, que se corresponde con el ciclo natural de ésta en que puede entrar en contacto con ciertos constituyentes contaminantes (como sustancias minerales y orgánicas disueltas o en suspensión) que se vierten en la corteza terrestre, la atmósfera y en las aguas.
Pero el otro tipo de contaminación del agua tiende a ser la más importante y perjudicial, y tiene especial relación con la acción del ser humano.
Contaminantes del agua
• Agentes patógenos: Bacterias, virus, protozoarios, parásitos que entran a las aguas provenientes de desechos orgánicos.
• Desechos que requieren oxígeno: Los desechos orgánicos pueden ser descompuestos por bacterias que usan oxígeno para biodegradarlos. Si hay poblaciones grandes de estas bacterias, pueden agotar el oxígeno del agua, matando así las formas de vida acuáticas.
• Sustancias químicas inorgánicas: Ácidos, compuestos de metales tóxicos (Mercurio, Plomo), envenenan el agua.
• Los nutrientes vegetales pueden ocasionar el crecimiento excesivo de plantas acuáticas que después mueren y se descomponen, agotando el oxígeno del agua y de este modo causan la muerte de las especies marinas (zona muerta).
• Sustancias químicas orgánicas: Petróleo, plásticos, plaguicidas, detergentes que amenazan la vida.
• Sedimentos o materia suspendida: Partículas insolubles de suelo que enturbian el agua, y que son la mayor fuente de contaminación.
• Sustancias radiactivas que pueden causar defectos congénitos y cáncer.
• Calor: Ingresos de agua caliente que disminuyen el contenido de oxígeno y hace a los organismos acuáticos muy vulnerables.
Fuentes puntuales y no puntuales
• Las fuentes puntuales descargan contaminantes en localizaciones específicas a través de tuberías y alcantarillas. Ejemplo: Fábricas, plantas de tratamiento de aguas negras, minas, pozos petroleros, etc.
• Las fuentes no puntuales son grandes áreas de terreno que descargan contaminantes al agua sobre una región extensa. Ejemplo: Vertimiento de sustancias químicas, tierras de cultivo, lotes para pastar ganado, construcciones, tanques sépticos.
Importancia del problema
Los ríos, lagos y mares recogen, desde tiempos inmemoriales, las basuras producidas por la actividad humana.
El ciclo natural del agua tiene una gran capacidad de purificación. Pero esta misma facilidad de regeneración del agua, y su aparente abundancia, hace que sea el vertedero habitual en el que arrojamos los residuos producidos por nuestras actividades. Pesticidas, desechos químicos, metales pesados, residuos radiactivos, etc., se encuentran, en cantidades mayores o menores, al analizar las aguas de los más remotos lugares del mundo. Muchas aguas están contaminadas hasta el punto de hacerlas peligrosas para la salud humana, y dañinas para la vida.
La degradación de las aguas viene de antiguo y en algunos lugares, como la desembocadura del Nilo, hay niveles altos de contaminación desde hace siglos; pero ha sido en este siglo cuando se ha extendido este problema a ríos y mares de todo el mundo.
Primero fueron los ríos, las zonas portuarias de las grandes ciudades y las zonas industriales las que se convirtieron en sucias cloacas, cargadas de productos químicos, espumas y toda clase de contaminantes. Con la industrialización y el desarrollo económico este problema se ha ido trasladando a los países en vías de desarrollo, a la vez que en los países desarrollados se producían importantes mejoras.
Consecuencias de la contaminación del agua
Como sabemos, esa contaminación del agua puede llevar a la contaminación de los ríos, a la contaminación de los mares, o incluso a la de lagos, embalses, presas. A fin de cuentas, todo aquello que contenga agua.
Esta contaminación no sólo afecta a los propios humanos en sí, sino a la fauna y a los diferentes seres vivos que pueden vivir en la misma.
Eso sin contar que el agua contaminada puede ser portadora de una gran variedad de enfermedades, algunas de ellas mortales.
La presencia de nitratos (sales del ácido nítrico) en el agua potable puede producir una enfermedad infantil que en ocasiones es mortal. El presente en los fertilizantes derivados del cieno o lodo puede ser absorbido por las cosechas, de ser ingerida en cantidad suficiente, el metal puede producir un trastorno diarreico agudo, así como lesiones en el hígado y los riñones.
Hace tiempo que se conoce o se sospecha de la peligrosidad de sustancias inorgánicas, como el mercurio, el arsénico y el plano.
La contaminación del agua causada por las actividades humanas es un fenómeno ambiental de importancia, el cual se comienza a producir desde los primeros intentos de industrialización, para transformarse luego en un problema tan habitual como generalizado.
En el caso del inicio de la denominada como revolución industrial, a comienzos del siglo XIX, los procesos de producción de esta época requerían de la utilización de una gran cantidad de agua para la transformación de las materias primas, a la vez que los efluentes de dichos procesos productivos eran vertidos luego en los cauces naturales de agua, con sus desechos contaminantes correspondientes.
Generalmente, la contaminación del agua se produce a través de la introducción directa o indirecta en los acuíferos o cauces de diversas sustancias que pueden ser consideradas como contaminantes.
La problemática de la contaminación del agua se debe a una serie de factores como botaderos a cielo abierto, industrias y construcción de infraestructuras, como pozos de inyección para agua potable, letrinas, fosas sépticas, sistemas de aguas negras y lluvias y vertederos de desechos sólidos.
Existen dos formas principales de contaminación del agua, una de ellas tiene que ver con la contaminación natural del agua, que se corresponde con el ciclo natural de ésta en que puede entrar en contacto con ciertos constituyentes contaminantes (como sustancias minerales y orgánicas disueltas o en suspensión) que se vierten en la corteza terrestre, la atmósfera y en las aguas.
Pero el otro tipo de contaminación del agua tiende a ser la más importante y perjudicial, y tiene especial relación con la acción del ser humano.
Contaminantes del agua
• Agentes patógenos: Bacterias, virus, protozoarios, parásitos que entran a las aguas provenientes de desechos orgánicos.
• Desechos que requieren oxígeno: Los desechos orgánicos pueden ser descompuestos por bacterias que usan oxígeno para biodegradarlos. Si hay poblaciones grandes de estas bacterias, pueden agotar el oxígeno del agua, matando así las formas de vida acuáticas.
• Sustancias químicas inorgánicas: Ácidos, compuestos de metales tóxicos (Mercurio, Plomo), envenenan el agua.
• Los nutrientes vegetales pueden ocasionar el crecimiento excesivo de plantas acuáticas que después mueren y se descomponen, agotando el oxígeno del agua y de este modo causan la muerte de las especies marinas (zona muerta).
• Sustancias químicas orgánicas: Petróleo, plásticos, plaguicidas, detergentes que amenazan la vida.
• Sedimentos o materia suspendida: Partículas insolubles de suelo que enturbian el agua, y que son la mayor fuente de contaminación.
• Sustancias radiactivas que pueden causar defectos congénitos y cáncer.
• Calor: Ingresos de agua caliente que disminuyen el contenido de oxígeno y hace a los organismos acuáticos muy vulnerables.
Fuentes puntuales y no puntuales
• Las fuentes puntuales descargan contaminantes en localizaciones específicas a través de tuberías y alcantarillas. Ejemplo: Fábricas, plantas de tratamiento de aguas negras, minas, pozos petroleros, etc.
• Las fuentes no puntuales son grandes áreas de terreno que descargan contaminantes al agua sobre una región extensa. Ejemplo: Vertimiento de sustancias químicas, tierras de cultivo, lotes para pastar ganado, construcciones, tanques sépticos.
Importancia del problema
Los ríos, lagos y mares recogen, desde tiempos inmemoriales, las basuras producidas por la actividad humana.
El ciclo natural del agua tiene una gran capacidad de purificación. Pero esta misma facilidad de regeneración del agua, y su aparente abundancia, hace que sea el vertedero habitual en el que arrojamos los residuos producidos por nuestras actividades. Pesticidas, desechos químicos, metales pesados, residuos radiactivos, etc., se encuentran, en cantidades mayores o menores, al analizar las aguas de los más remotos lugares del mundo. Muchas aguas están contaminadas hasta el punto de hacerlas peligrosas para la salud humana, y dañinas para la vida.
La degradación de las aguas viene de antiguo y en algunos lugares, como la desembocadura del Nilo, hay niveles altos de contaminación desde hace siglos; pero ha sido en este siglo cuando se ha extendido este problema a ríos y mares de todo el mundo.
Primero fueron los ríos, las zonas portuarias de las grandes ciudades y las zonas industriales las que se convirtieron en sucias cloacas, cargadas de productos químicos, espumas y toda clase de contaminantes. Con la industrialización y el desarrollo económico este problema se ha ido trasladando a los países en vías de desarrollo, a la vez que en los países desarrollados se producían importantes mejoras.
Consecuencias de la contaminación del agua
Como sabemos, esa contaminación del agua puede llevar a la contaminación de los ríos, a la contaminación de los mares, o incluso a la de lagos, embalses, presas. A fin de cuentas, todo aquello que contenga agua.
Esta contaminación no sólo afecta a los propios humanos en sí, sino a la fauna y a los diferentes seres vivos que pueden vivir en la misma.
Eso sin contar que el agua contaminada puede ser portadora de una gran variedad de enfermedades, algunas de ellas mortales.
La presencia de nitratos (sales del ácido nítrico) en el agua potable puede producir una enfermedad infantil que en ocasiones es mortal. El presente en los fertilizantes derivados del cieno o lodo puede ser absorbido por las cosechas, de ser ingerida en cantidad suficiente, el metal puede producir un trastorno diarreico agudo, así como lesiones en el hígado y los riñones.
Hace tiempo que se conoce o se sospecha de la peligrosidad de sustancias inorgánicas, como el mercurio, el arsénico y el plano.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)